martes, 30 de junio de 2009

Tu sombra, que, entre sombras
habita en la mía,
se hace una masa transparente y negra.

Tu sombra que se cuela tras la puerta,
esa que quiere callar a gritos,
lo que la luz descubre.

Tu sombra, esa sombra que me estremece,
copia frugal de tu silueta
que se disuelve en un vaso de licor.

Tu sombra se proyecta, tenue,
inerme.
como queriendo condenarme
a una eterna carcel de sombras.

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