martes, 27 de diciembre de 2011

NUEVO HABITACULO 2012

Muy pronto sale a la luz nuevas ideas...

martes, 30 de junio de 2009

Tu sombra, que, entre sombras
habita en la mía,
se hace una masa transparente y negra.

Tu sombra que se cuela tras la puerta,
esa que quiere callar a gritos,
lo que la luz descubre.

Tu sombra, esa sombra que me estremece,
copia frugal de tu silueta
que se disuelve en un vaso de licor.

Tu sombra se proyecta, tenue,
inerme.
como queriendo condenarme
a una eterna carcel de sombras.

jueves, 21 de mayo de 2009

Nadie me espera - Segundo Capítulo (sin revisión)

II

‘Domingo’, habló, pensó o quiso pensar Martin. ‘los domingos me deprimen, o me traen la nostalgia y el romance, uno u otros dan lo mismo, no son parte de mí, son parte del aire, de los momentos que se van quedando como gotas de lluvia en la ventana. Buena metáfora, debería escribirla. Pero ahora lo que me preocupa es tomarme un tinto. Necesito algo que me quite el sabor del guayabo a medias.’

Eran ya las 7 de la mañana. Martin como siempre era una persona que aunque consumiera licor o se acostara tarde, siempre se despertaba temprano. A veces y bajo ciertas condiciones prefería la mañana a la medianoche. Pero detestaba rotundamente las tardes de domingo, que le parecían tan huecas, tan blancas, tan incitantes al suicidio.

Era cierto lo del guayabo. En la noche anterior no había consumido tanto licor como para sentirse ebrio entonces y enguayabado ahora, pero sin embargo tenia la boca pastosa, un leve dolor de cabeza y no lograba abrir los ojos a la luz solar que se estrellaba en las ventanas o atravesaba las claraboyas de su apartamento.

Sentado en su sillón de raciocinio pensaba o hablaba en voz alta. ‘Que tengo que hacer hoy? que es lo que me espera este ultimo día? debería pasarlo en blanco de nuevo o iré a caminar al parque y ver los beatos salir de la iglesia?, debería llamar a anita para que me haga compañía? no, hoy no quiero verla. Me quedaré encerrado escuchando música y leyendo mis libros, los de otros. Quizás más tarde me anime a llamar a Alberto para ver que plan tiene (aunque debe ser el mismo de siempre) para la tétrica tarde que se avecina. Bueno, al menos no se ven nubes en el cielo. Hoy parece ser un buen día para los que creen que el día es bueno si hace sol y no llueve. A mi me da lo mismo. Bueno o malos, los días son solo eso, días. O podría ir a comprar el periódico. Reconfortarme con las mentiras frescas o rancias. Bueno, me mantendría entretenido. Si, voy a comprar el periódico. Y el tinto?. Ah carajo, tener que decidir cosas hoy domingo. Bueno primero el periódico luego el tinto. Aunque el mundo se puede haber ido al diablo antes que no tomarme un tinto. Además no quiero salir a la calle con la cara de un zombi. A ver el tinto.’

Siguiendo sus pensamientos se dispuso entonces a hacer un tinto (café). Se dirigió a la cocina a pasos lentos. Puso la olleta a media agua en la estufa. Y cristianamente (habría que debatir qué tiene que ver lo cristiano con la paciencia) esperó los cinco o nueve minutos en que el agua empezaría a bullir. Con extrema precaución de no quemarse, bajó la olleta a un lado, la destapó y le agregó una cucharada colmada de lo que de lejos podía ser excelso café colombiano, pero que en realidad distaba de ser tan excelso. Con movimientos lentos lo fue diluyendo con la cuchara y esperó de nuevo en forma paciente que los irregulares granos de café molidos se desintegraran de forma parcial en el agua caliente conformando así un liquido aromático, oscuro y amargo, del que se dice tiene propiedades estimulantes además de ser antiguayabo. Una droga más, como el alcohol, la marihuana o la televisión.

Se vistió con lo que tenía a la mano. Al salir de su apartamento notó que a la puerta de enseguida estaba su vecina de al lado y otra de mas allá, de cincuenta y cuarenta años respectivamente. Saludó con la cabeza susurrando casi un buenos días hipócrita. ‘viejas chismosas, se pueden pasar la mañana hablando del prójimo, y tan tranquilas luego van a sus reuniones de moral, sean en la iglesia o en la casa de beneficencia. Se merecen una medalla de hipocresía’.

Al bajar las escaleras notó como murmuraban su nombre. Pero no les dio importancia. Abajo estaba Camilo, el único niño en el edificio de apartamentos armando una bicicleta con su papá. Martin saludó esta vez de una forma más sincera y sonora.

- Buenos días Jorge, buenos días Camilo.

- Hola Martin que más, para donde va tan temprano.

- Voy a comprar el periódico. Y ustedes que hacen, armando un caballito de acero?.

- Si, mi papi me la compró ayer. Sabias que era mi cumpleaños?

- Ah se me olvidaba Camilo. Felicidades.

- Martin, espero no se le olvide la invitación a comer.

- Ah Jorge hombre, no me acordaba. Espero asistir.

- Pase y comparte un rato con los vecinos. Siempre es bueno hacer amistad con los que están cerca.

- Si, claro, como no. Bueno nos vemos entonces.

- Chao Martin, vas a ir a la ciclovia?.

- No creo Camilo, tengo cosas que hacer.

- Bueno Martin, nos hablamos hombre.

Para Martin era un ritual frecuente de los fines de semana, el aparentar interés por la vida del vecindario. Pero en verdad se sentía hastiado de mostrar buena disposición de asistir a ese ritual de gente que cree que todo marcha bien en sus vidas, sin darse cuenta que cada vez están mas solos, mas aburridos, mas amargados, mas resentidos con los demás. Le repugnaba asistir a esa farsa.

Al pasar la calle, a unos metros estaba el quiosco. Desde cierta distancia podía ver el titular, y un leve escalofrío recorrió su cuerpo. No daba crédito a la noticia que observaba bajo el plástico amarillento que protegía la prensa. Con cierto nerviosismo y afán se apresuró a comprar el periódico para percatarse del suceso. Tuvo que sentarse en un banco cercano para leer las primeras líneas:

ADIOS, VALVERDE.

A la medianoche de este sábado, producto de una afección cardiaca, fallece en Buenos Aires a la edad de 85 años el afamado escritor y poeta Pedro José Valverde. El ilustre bardo había padecido recientemente un preinfarto que le había diezmado su salud. “El trovador de lo cotidiano”, había publicado hasta su deceso un amplio repertorio de obras de poesía, novela y teatro, las cuales han sido traducidas a varios idiomas y llevadas al cine y la televisión. Valverde nunca recibió el premio Nóbel pero estuvo nominado en muchas ocasiones. Se prepara una ceremonia solemne de velación en el salón…

En el diario había una foto del poeta recitando versos frente a un numeroso auditorio. Martin tenía sentimientos encontrados. Era claro que le afectaba su muerte, pues había sido como un maestro para el en sus iniciación a la literatura. Con resignación Martin elevó los ojos al cielo, no para dramatizar su sentimiento, sino para buscar el sol y encandilarse un poco los ojos, como lo hizo en algún momento un personaje de los cuentos del escritor. Pero el cielo no estaba despejado. El sol estaba cubierto en forma parcial por nubarrones grises que amenazaban lluvia.

Estuvo un tiempo con la mirada perdida, viendo la gente pasar con ritmo pausado en la calle, los ciclistas tempranos rumbo a la ciclovia y los árboles siendo agitados por un viento templado. Martin solo pudo pensar o decir en voz baja ‘se ha marchado un hermano amigo’.

Con resignación se levantó de la banca y se dirigió de nuevo al quiosco, quería comprar unos cigarrillos. La vendedora lo miró un poco extrañado.

- Disculpe, hay malas noticias?

- No, solamente un deceso.

- Ah, habla del poeta, de Valverde.

- Así es.

- Era un gran poeta y escritor, tenia un estilo único.

Martin se extrañaba de tales palabras, no por su contenido sino de la boca que las profería.

- Usted ha leído a Valverde? preguntó Martin.

- Si, he leído algunos libros de el. Me gustó sobretodo “La sombra del sol”, una historia muy linda, aunque tuviera un final tan triste.

- Si, pero Valverde quiso relatar eso, que la vida tiene sus matices y todos no pueden ser rosa.

- Si, es cierto. Por eso también me gustó.

- Y qué me dice de los poemas?

- Los poemas son de ensoñación. Lo trasladan a uno a un escenario cotidiano donde el amor y la vida laten con fuerza.

- Es cierto. Le puedo hacer una pregunta y no se ofende?

- Dígame.

- Por que se interesa tanto por la literatura?

- Lo dice porque atiendo un quiosco? pues déjeme decirle que esto lo elegí yo, la verdad yo también escribo. Soy escritora y filósofa.

Martin de repente se interesó en la tendera. No se había fijado pero detrás del mostrador había una mujer sensible, instruida en arte y humanidades. No le impresionaba tanto su oficio, pues ya había observado antes personas cultas desempeñando oficios humildes solo por gusto y algunos otros, por necesidad.

Le agradaba conversar con ella. Tenía delante o mejor dicho tras de un mostrador a una simpatizante más de los escritos de su maestro. Era una mujer madura, podría estar en los treintas. Martin contaba ya veintiocho años. Físicamente era atractiva, aunque eso no le importaba a el. Lo que le importaba era compartir con alguien mas ese gusto por las letras de Valverde.

- Pues debo decirle que ha sido un bálsamo compartir el duelo con usted. Para mi cuando muere un poeta, no muere del todo, solo emprende un viaje sin regreso. Y quedamos algunos extrañando su voz viva, su compañía. Pero igual nos queda su obra.

- Es cierto. Su memoria y su producción literaria quedará vibrando en muchos corazones por un buen tiempo.

- Es grato hablar con usted y eso que siempre he venido a comprarle el periódico del domingo sin trabar otra conversación diferente que la mera comercial.

- Así es, me he fijado que para algunas cosas somos autómatas, mecánicos, no observamos la mirada del otro, no nos preocupamos por los sentimientos o situación del otro, y a veces nos falta un hecho trágico o crucial para encontrarnos de nuevo, para ser vivos, para ser de nuevo carne y hueso y alma.

- Si. Por otro lado, como nunca nos hemos presentado quiero hacer los honores. Mucho gusto, Martin Robledo.

- Mercedes Ortega. El gusto es mío.

Se quedaron en silencio durante un instante. El rostro de Mercedes irradiaba dulzura cuando sonreía, mientras que Martin casi no podía ocultar la timidez y melancolía de su rostro.

- Bueno, la dejo Mercedes. Espero en otra ocasión volver a tener una tertulia más profunda con usted.

- Lo mismo digo, Martin. Aquí estaré.

- Adiós Mercedes.

- Adiós Martin.

Mientras volvía a su domicilio, Martin cavilaba muchas cosas. Seguía pensando en el deceso del poeta, en la conversación con Mercedes, y de repente, de forma casi consecuente se acordó de Rebeca. Sintió un leve cosquilleo en el paladar y el cuero cabelludo.

‘Rebeca, Rebeca, tenias que llamarme anoche, tenia que llamarte. Donde andas? que haces sin mi?, mira que ha muerto un maestro y necesito sosiego, necesito unos brazos tibios como los tuyos, necesito tu humanidad para refugiarme de mi soledad, del frío que siento, de la angustia del domingo, de la lluvia que amenaza. Quería encandilarme con el sol, pero este no estaba disponible. Rebeca, conocí una amiga, espero no tengas celos. Sabias que Pedro Valverde murió a los 88 años?. Sabías que murió solo?. Sabes con quien quiero llegar a la vejez?, donde andas Rebeca, por qué solo te tengo en el pensamiento y no en carne y hueso y sangre y alma como dice Mercedes. Si, Mercedes, Rebeca, así se llama la del quiosco, pero ahora es la amiga escritora y filósofa. Te la tengo que presentar. No te pongas celosa, mujer. Y tengo que ponerte esa canción que anoche escuché una y otra vez, en la soledad y la oscuridad de mi caverna. Donde estás Rebeca? por que no llamas?.’

Revisó su teléfono celular para ver si tenía alguna llamada perdida. Nadie había llamado. Sintió un leve dolor de cabeza, posiblemente producto de la variación de la temperatura, un clima viciado, no templado, de aires fríos y calientes. Además había cavilado de forma casi instantánea muchos pensamientos a la vez. Pensó llamar a Rebeca, pero no lo hizo, era aun temprano para que se hubiera despertado.

Continuó caminando hacia el edificio de su apartamento. Los vecinos ya no estaban armando la bicicleta nueva. Subió las escaleras. En el pasillo se encontró con la vecina lejana, la cuarentona. Quiso evadir el saludo pero ella lo atajó.

- Martin, que hubo.

- Hola, Carlota que me cuenta en la mañana.

- Mire aquí le dejaron un sobre. Lo pensaban dejar en la portería pero José está arriba arreglando una tubería rota. Yo se lo recibí en su nombre.

‘Con qué derecho se atrevía?’.

- Ah si?, y que le dijeron?.

- nada, el mensajero solo preguntó por usted y pues le dije que no estaba. Le quiso pasar el sobre debajo de la puerta pero no entraba por ahí.

- Ah, ya. Bueno, le agradezco haberlo recibido por mí.

‘Vieja chismosa’.

- Fresco Martin, para qué están los vecinos si no para ayudar?.

- Claro, hay que ser solidario supongo.

Martin empezaba a sentir nauseas producto de la conversación.

- Se siente bien? serán buenas noticias?

- No es nada. Espero que si sean buenas noticias.

Carlota lo miraba con curiosidad morbosa. Martin simuló abrir el sobre en frente de ella. Pero algo en los sellos postales le inquietaba.

- Bueno Carlota, gracias, hablamos luego.

- Ah bueno Martin, parece que va a llover. Nos vemos.

La cuarentona salió un tanto contrariada. Martin un poco enojado abrió la puerta de su apartamento. En el pasillo vació se escuchó un portazo a medias.

La vie en bleu

La vie en bleu

A satchmo, con su debido perdón.

Ah, la vida,

La vida en su otro color

Sea la vida en azul.

Ver, vivir en azul

Es estar de pié a borde del muelle

Despidiendo al crucero rosa

Contemplar el parque de verde

Unánime, en si mismo

Y contemplar las parejas rosas

Derrochando rosa,

Es la vida en azul

La vida en azul,

En un café cualquiera

Esperando un encuentro ficticio

Espectral.

Confrontar,

Enfrentar a la soledad

Cara a cara

En una habitación, en una cama

Tan ancho como un rio seco,

Es ver la vida en azul.

Y ver pasar el tiempo

Enarbolando esperanzas

Apostandole a la vida, a la muerte,

Es ver tambien,

La vida en azul.

Ah, la vida,

La vida en su otro color

Sea la vida en azul.

Carta - Despedida a Mario Benedetti

Cuando murió mi amigo hermano.

Hermano amigo, partidario del amor, las mujeres y la vida:

Has partido hacia la nada, hacia un indeterminado, tu sombra y tu luz van contigo.

Tu vida entera fue un poema, escrito con versos de amor, de la oficina, de lo cotidiano, escrito con tinta y ganas. Ganas de recrear una atmosfera donde las cosas y circunstancias se encuentran con las personas y estas con otras personas, en un lugar donde lo corriente es lo exaltado.

No pude abordarte nunca completamente. Nunca logré comprender a plenitud la sencillez de tus palabras, pero dejaste rastros de vida en el ambiente, tan evidentes que eran imposible salvar. Me diste una alternativa a la desesperación.

El amor era para ti ese intangible, esa piedra de toque que iluminaba las cabezas hartas de tedio y de atmosferas rancias. Por los poros de tus poemas se respiraba el aire bohemio uruguayo, que recreaba circunstancias palpables. Estaban ahí, tus mujeres de sueño, tus hombres smoking, tu gente, tu humanidad.

La politica fue una consecuencia para ti. Manifestaste en silencio tu inconformismo, con celo de cronista, y aceptaste con resignación un jubileo siniestro, en el que solo se divisan abismos desde insondables junglas de asfalto. La juventud fue vida para ti, el por qué seguir escribiendo. No podias dejarlo morir adentro, no podias. No te lo hubieramos perdonado, ni esta ni otra generación. Debia ser asi.

Tu obra fue vasta. Inspiraste con poemas, recreaste historias vitales en tus novelas. Denunciaste la verdad en tus cuentos. La fria oficina se convirtió en una tibia caverna bajo tu pluma.

Tu vida consistió en un ir y venir. En un permanecer en el aire. Extrañabas el Montevideo de antaño.

No creo que le guardes ahora rencor a la muerte. También fue tu compañera al igual que la vida. Espero que la nada, tu muerte en vida te sea algo vivible, soportable.

Irónicamente, tu marcha fue en una tarde dominical triste. Desde luego hubieras preferido marchar bajo otras circunstancias. Pero la vida lo ha decidido asi. La vida que fue mas que amiga, amante tuya.

Por eso no me resigno a pensar que has muerto, no. Para mi has quedado en suspenso. Tus poemas laten, son tibiezas palpables que suenan a musica.

Has partido hacia un indeterminado. Pero tus letras seguiran aquí, engalanando el amor y lo cotidiano, mientras hayan lectores que le den vida.

Fuiste, eres un poeta de la vida. Por eso me resigno a que hayas muerto. Prefiero pensar que has emprendido un viaje largo, hacia la nada.

Vive tu letra, descansa, despliega tu alma, ahora en paz blanca.

jueves, 14 de mayo de 2009

Intento de novela - Capitulo 1

NADIE ME ESPERA


I



Adiós nonino, ese era el tango que había estado escuchando en forma repetida desde hacía ya mas de media hora, solo, en la penumbra. Para Martin era el mejor tango que había escuchado desde hacia ya tiempo. La melodía profunda le evocaba la Buenos Aires bohemia de aquel entonces. Le parecía haberlo escuchado antes con otras manos y con otro acordeón que no fuera el de Piazzolla. Una versión rancia y dulzona pero igual de mágica. Pero esta versión era tan fuerte y profunda que cualquier otra. Era innegable el efecto que en el hacia, ya que sentía sobre si un erotismo insalvable, propio, místico como si sintiera una compañía femenina invisible, como un espectro rosa transparente, desnudo y tibio sobre el.

De un momento a otro, se levantó de su sillón de estar. Se dirigió a su escritorio y dejó libre la opción que permitía repetir la pista de forma indefinida en el software reproductor de su computador. Entonces, la música siguió su propio ritmo rumbo a otras notas que llenaban la atmosfera nocturna del apartamento de Martin. Ahora claramente se distinguía una etiqueta en el monitor que decía: “Best of tango - Piazzolla and friends”. Había estado meditando en la música, pensando y hablando solo diciéndose: “tengo que ponerle esta canción a ella”.

Había estado tomando aguardiente con limón, o quizás podía ser cerveza. Gustos extraños, se decía también así mismo. Delataban sus orígenes calentanos. La oscuridad era su compañía en la soledad de la sala, oscuridad que solo era invadida por la mortecina luz del monitor del computador y los torpes rayos de alumbrado eléctrico que emergían de las cortinas de la ventana. La música tenía un sonido estéril, digital, pero igual reproducía las mismas notas que cualquier disco de acetato. Martin se sentía adormecido, como anestesiado, pero no era efecto del trago pues recién había empezado a tomar y el efecto que producía en el era contrario, lo ponía eufórico y alegrón. Era la música, el ambiente nocturno que parecía arrullarlo como el viento movía las hojas de los acacios en la calle.

Debía de ser ya pasada la media noche. La atmosfera poco a poco se iba volviendo fresca con pequeñas ráfagas frías provenientes del campo. Martin se había quedado dormido de repente, a mitad de un tango llamado “redención”. La copa que sostenía se había derramado en la mesita de al lado del sillón y unas gotas de un licor entre picante y ácido caían en el suelo desnudo acompasando calladamente la melodía que quizás ya no tenia escucha humana alguna.

Aforismos 1

Vivir es una fortuna que aunque es para muchos, pocos la aprovechan.

Cada día viene cargado de sorpresas y rayos de sol.

El mar encanta no por su inmensidad sino por sus aguas lunáticas.

Otra posibilidad: el 80 % de los problemas ya tienen solución, el 20 % aun no se han concebido.

Vienen bajando las lagrimas de las estrellas en forma de nieve

Si nuestra galaxia es la vía láctea, ¿donde esta la vaca?

No me complico con la paradoja de la gallina y el huevo: Todo empieza por la nada.

El futuro es un puente que nos lleva al final del horizonte.

Las nubes en el cielo son un eterno cultivo de algodón sin ser cosechado.

Nada mas sincero que una mirada.

Bendecido aquel que insistió en crear su propio universo imaginario.

Amor es un estado del alma como lo es el alma un estado del cuerpo.

Siempre sueña, tal vez algún encantador puede estar esperando su oportunidad de lucirse.

Era tan bella que era insoportable tan solo su sombra.

Cada noche viene cargada de sueño y rayos de luna.

El tiempo es el instante de Dios.

El espacio es la nada ocupada.

No me sorprende los actos humanos, me inquieta su instinto salvaje.

Homo Sapiens : Hombre que sabe nada.

El ultimo de los filósofos falleció tratando de hallar la respuesta a su calvicie racional.

Todo se complementa con nada.

Aquel transatlantico se hundió por el peso de su propia arrogancia.

El olivo que portaba la paloma de la paz estaba envenenado.

Sutil desenlace de la ira la bomba atómica.

Que su muerte sirva de ejemplo a la monarquias subyugadas: ni se atrevan contra el pueblo, ni se atrevan!. Dijo el cortesano francés.

Perfecto siempre nunca

Fe perdida en espadas.

De pronto se olvidó que todo compromiso tiene su plazo: dijo la muerte al inmortal.

Por eso esperamos tanto el viernes: siempre buscamos un final feliz.

Si amanece para todos por que no anochece para nadie?

Hasta ese momento Ulises era nadie.

Globalización: ¿Quién será el primero que pinche el globo?

La era de la información: claro la formación era en lo in.

El campo de concentración no era tan hermoso como cuando fue abandonado.

Los ojos revelan la verdad. El resto puede llegar a ser totalmente una mentira.

La mejor definición de Rey: Monarca tirano y saurio (Tyranosaurio Rex)

La derrota es un camino al anonimato.

Un número es solo eso, un numero, pero cuando significa algo es inmortal.

Nada es tan simple como para no aprenderlo ni tan complejo como para criticarlo

Dos y dos son cuatro pero uno y otra es infidelidad.

Open up. Traducción : abierto para los de arriba.

Go home: Traducción: Largo de aquí.

Alguien todopoderoso ha jugado a los dados y ya ha perdido veintiún veces. Temamos cuando gane...

Los cementerios brindan un perdón tan absoluto que lo envidian los juzgados.

Si nacimos para morir, para que nacimos?

Si nacimos para vivir para que vivimos?

Si morimos por vivir para que vivimos?

Si nacimos, vivimos y morimos para que existimos?

Si nacimos, vivimos y morimos y existimos por que carajos no solemos ser lo que nacimos, vivimos y morimos y existimos?

Una dualidad es igual a dos soledades juntas.

Rara costumbre la del verdugo de lavar su traje con la sangre ajena.

La política es un polo de masa critica.

La energía no se crea ni se destruye, solo cambia de parecer.

Se va acabar el mundo, aunque igual tenga que trabajar mañana.

Nada es tan efímero como el ultimo beso.

Nada es tan eterno como el largo bostezo de dios.

El hombre es bueno por naturaleza y malo por costumbre.

Cuando todo es tan aburridoramente monótono nos queda el consuelo de ir a la cama.

La soledad es el jardín de los desposeídos.

La luna es un queso de la vía láctea

La derrota es el instante en que la gloria queda en suspenso.

El viento hace aplaudir a los arboles la infinita creación de dios.